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martes, 3 de diciembre de 2013

Autocompetencia

Tema de LIDERAZGO DE SERVICIO 

Escrito por Mino "Antiguo Blog de Mino"
30/12/2010  

Hoy voy a hablar sobre una de las técnicas más extendidas hoy día en el mundo de los negocios: La competencia. Esta técnica se ha extendido incluso más allá de los círculos empresariales y hace tiempo que ha comenzado a aplicarse en diversos ámbitos; desde la cultura, pasando por la educación,  hasta el cine o la política. Ello es así porque el trasfondo real de todas esas actividades tienen una misma cosa en común: El dinero (=negocios, poder). Pues bien, la autocompetencia no es más que una forma de estafa legal y apoyada por nuestros gobiernos, puesto que ellos mismos utilizan la misma técnica de engaño.

La palabra Competencia significa competente (ser capaz), que a su vez proviene del latín competens -competentia-, aunque el primer uso del concepto lo encontramos en un trabajo del archiconocido Platón donde empleaba el término ikano (derivado de iknoumai), que significa llegar, es decir, plantearse una meta. Ser ikanos (ser capaz) es tener la habilidad de conseguir algo, destreza. En consecuencia podemos deducir que este concepto, y por lo tanto las consecuencias de aplicarlo, son cosas relativamente recientes en la historia de la humanidad. Por sorprendente que parezca, la competencia era algo que no tenía sentido en los inicios del ser humano. ¿Porqué? Porque la única manera de evolucionar como especie era colaborando unos con otros, de una manera u otra, pero la clave era cooperar. De hecho si la cooperación espontánea no era factible, se recurría a la cooperación obligada, como la esclavitud. Hoy día no solo no nos ayudamos entre nosotros, si no que inexplicablemente luchamos unos contra otros (cuando me refiero a “hoy día” me refiero a la época muy reciente de la historia de la humanidad, los últimos 100 ó 200 años). En los últimos cientos de años hemos dado una vuelta más de tuerca a ese irracional comportamiento, creando el concepto de competencia controlada debido a una mera cuestión de dimensionamiento. Cuando el tamaño de humanos o adversarios a derribar o eliminar es elevado, o muy grande, es conveniente a su vez colaborar con otros. Pero una nueva táctica ha sido descubierta, y es que si colaboras contigo mismo, el resultado es mucho más efectivo.
Resumiendo: La rivalidad controlada (o autocompetencia) es la técnica de crear una “competencia a medida”, para poder así actuar a favor de uno mismo o en contra de los demás. La necesidad de este tipo de acciones se puso en evidencia a finales del siglo XX cuando las grandes corporaciones fueron escindidas y divididas por los propios gobiernos ante la presión de las pequeñas empresas, que intentaban limitar los monopolios y el alarmante aumento de poder de las primeras.
Los beneficios de esa falsa rivalidad (o competencia de mentira) son más que evidentes. Si antes controlabas el 30% del mercado, ahora pasarás a controlar el 90%, con la ventaja añadida de poder usar todos tus recursos para aplastar cualquier indicio de competencia. Constantemente están en el punto de mira las prácticas monopolísticas de las grandes empresas en España y en el mundo: TelefónicaMicrosoftAlbertisIntel,CocaCola, empresas del sector marítimo, del ferrocarril, entidades que gestionan los derechos de autor, etc. Pero no quiero hablar de las habituales prácticas monopolísticas de las empresas, si no de esta nueva técnica empresarial bicéfala: Autocompetenciarivalidad controlada o “competencia de mentira” son algunas de las acepciones que describen este método consistente en algo aparentemente absurdo: Crear (o comprar) una empresa que se dedica a lo mismo que ya estás haciendo . Veamos algunos ejemplos:

Givi vs Kappa: Comenzaré por algo sencillo. Para quien no esté familiarizado con el mundo de las motos le diré que Givi es un reputado fabricante de accesorios de motos, siendo muy populares sus cofres  (los maletines que llevan algunas motos) por su calidad y su sistema de anclaje. Bien, pues la principal marca que le hace competencia es Kappa, que en realidad es una segunda marca de Givi. De esta manera la competencia real, la marca Shad queda relegada a un tercer lugar, puesto que se ve obligada a competir contra dos adversarios que además son aliados.

Pepsi vs CocaCola: Este es uno de los ejemplos más conocidos, puesto que la mayoría de las personas piensan que estas compañías americanas compiten por el mercado mundial de refrescos de cola. Eso es falso. No es necesario que busques si tienen diferencias o cosas en común, ni siquiera si su pirámide de poder es la misma, simplemente analiza los hechos: estas dos compañías americanas han barrido -literalmente- todo rastro de adversarios en todos los países del planeta. Su rivalidad es una competencia totalmente controlada y artificial. ¿Son distintas? ¡Por supuesto que si!, no podría ser de otra manera. La meta no es hacer productos iguales, si no tener el poder absoluto. Y donde llegue una, también llegará la otra como opción alternativa.


McDonalds vs Burguer King: Otro caso gemelo al de CocaCola y Pepsi. No niego que inicialmente su intención fuera simplemente competir, pero hoy día se puede decir que BurgerKing es el “hermano pequeño” de McDonalds y se repiten las mismas pautas: Dos compañías americanas que ostentan el control mundial de comida procesada.


Hyster vs Yale: En todos los campos de la industria se dan casos similares. Conozco bien el sector ya que durante una buena temporada estuve trabajando para una de estas multinacionales. Este es otro ejemplo de autocompetencia, puesto que las famosas carretillas elevadoras marca Yale son exactamente las mismas que las Hyster, compartiendo propietario, tecnología, manuales técnicos e incluso recambios, siendo el creador y fabricante de las dos marcas el grupo empresarial norteamericano Nacco).


Mediamarkt vs Saturn: En España hace tiempo que ya ha llegado la autocompetencia y el ejemplo más llamativo  son estas dos compañías. No me voy a extender sobre este ejemplo descarado de engaño a los ciudadanos, así que resumiré su estrategia, muy similar a la de Cocacola y Pepsi. Primero “el jefe” instala la tienda MediaMarkt con precios muy llamativos para “liquidar” a los negocios locales. Posteriormente “el jefe” instala otra tienda casi igual llamada Saturn para crear la sensación de sana competencia y de paso obtener un control del 90% sobre el comercio de electrónica en la zona. “El jefe” tiene nombre: Es la compañía de origen alemán Media-Saturn, encargada de gestionar esta autocompetencia. Más información en el blog “que te lo hagan ver” o en el de Antonio Delgado (enlazo a blogs porque no esperes que la falsimedia te informe de esto).

Campsa vs Repsol vs Cepsa: Sobre el mercado de los hidrocarburos no voy a decir gran cosa, porque no quiero ponerme de mal humor. Prefiero simplemente mencionarlo si más.


Hasta aquí hemos podido ver algunos ejemplos de cómo actúan lo que se ha dado en llamar “los mercados”, que no son otras cosa que las grandes compañías. Si tiras del hilo de esas grandes compañías buscando donde se encuentra y quien conforma la cúpula directiva, comprobarás que en realidad medio mundo se encuentra en manos de un puñado de personas de los que ni siquiera has oído hablar. Pero eso prefiero dejarlo para otro artículo.
La primera conclusión clara que podemos obtener, es que la autocompetencia es una práctica real y ampliamente extendida hoy día, aunque es obvio que resulta extremadamente perjudicial para el desarrollo global de la humanidad. Podemos tender a pensar que, al fin y al cabo eso son cosas que no nos incumben, pero si creemos eso, estaremos eligiendo un camino que a largo plazo conducirá al ser humano a la destrucción tal y como lo conocemos. En la práctica política diaria es normal observar el trasiego de la casta política a las empresas y de los ejecutivos de esas empresas a la política, ya es muy difícil dilucidar donde se encuentra la frontera entre ambas, por lo que ese entorno ha pasado a convertirse en una especie de “sopa espesa” donde estos gusanos tienen su campo de actuación. De hecho la misma estrategia de autocompetencia es la que se aplica en política, estafando a los ciudadanos que han cedido su parte de poder a unos pocos. Veamos unos ejemplos:

EEUU, Demócratas vs Republicanos: A pesar de que ostentan ideologías totalmente diferentes, los dos grandes partidos políticos en EEUU son otro ejemplo claro de autocompetencia: En los Republicanos y losdemócratas al igual que en las grandes compañías, existe también la figura de “el jefe”, encargado de dictar y ordenar las acciones y políticas a tomar en cada caso. Llama a ese “jefe” élite mundial, el poder en la sombra o como se te ocurra, pero dejando aparte las teorías conspiranóicas, es fácil comprobar la existencia de esa cúpula directiva, puesto que de la misma manera que se pueden averiguar las coordenadas exactas de un planeta invisible por el mero hecho de observar el efecto que produce en el resto de cuerpos celestes, también se puede verificar la existencia “del jefe” (o los “amos”) simplemente observando el cambio de políticas de las distintas facciones que han ido accediendo al poder en Estados Unidos: Ninguna, puesto que la política nacional de ese país está comandada por la misma cúpula. Puedes cambiar las ruedas, pero el coche sigue teniendo el mismo piloto.

Inglaterra, Liberales vs Conservadores: Otro tanto ocurre en el imperio, ya que al igual que en EEUU se utiliza la técnica de la autocompetencia. A lo largo de los años, se puede comprobar que la política del país sigue siendo exactamente la misma, cuando en teoría ambas fuerzas políticas son diametralmente opuestas y el flamante nuevo dirigente David Cameron prometió el oro y el moro para conseguir llegar al poder.

Francia, un caso aparte: El caso de la vecina Francia es un poco peculiar, puesto que parece ser que no se deja manipular fácilmente. De hecho es uno de los pocos países que se lanzan a la calle en cuanto detectan que su gobierno comienza a hacer y decir disparates. Están incluso dispuestos a poner en el poder a la extrema derecha como forma de castigo al eje bipartidista (izquierda-derecha).


España, PP vs PSOE: En España hace tiempo que se ha demostrado sobradamente que existen unos poderes ocultos que son los que realmente controlan el país. En teoría la derecha es capitalista, apoyando a los empresarios y los negocios, y la izquierda es “obrera”, atendiendo a los más desfavorecidos y preocupados por los gestos sociales. Eso en teoría, porque lo que nos dicen los hechos es que los socialistas se encuentran más a la derecha que los propios derechistas. Por lo que la derecha está más a la izquierda que los izquierdistas. Es absurdo. Lo que se me ocurre para explicar este sinsentido, es que los socialistas obedecen con más firmeza los deseos de “el jefe”, por lo que a la hora de acatar sus órdenes intentan cumplirlas e incluso ir más allá, con el fin de agradarle. Al igual que en el caso de EEUU, puedes sustituir “el jefe” por lo que consideres oportuno (banca, mercados, EEUU, poder en la sombra, iluminati, etc…), porque realmente no importa quien sea “el jefe”.


CONCLUSIÓN
No sé si existen los iluminati, las conspiraciones judeo-masónicas, los lagartos reptilianos, los Bilderberg o cualquier cosa que se te ocurra para explicar lo que está sucediendo en el mundo. Está claro que el poder último no se encuentra en manos de nuestros dirigentes, si no que está más arriba. Alguien manda sobre los mandatarios y para que los ciudadanos no nos demos cuenta de ello, se utiliza -al igual que en los negocios- la técnica de la autocompetencia (por cierto, se me olvidaba mencionar el caso Wikileaks-Estados Unidos).
Llegado a este punto es cuando te empiezas a preocupar e intentas encontrar la manera de cambiar eso. Pues no te preocupes, porque la solución es fácil: No tienes que hacer nada, salvo aceptarlo.
Me explico. El éxito de esta metodología depende de una sola cosa: la ignorancia. Si el sujeto “objetivo” se da cuenta del engaño, la técnica de la autocompetencia pierde automáticamente su efectividad, puesto que actuará en consecuencia. Por lo tanto si reconoces y aceptas que esto es así, no tendrás que hacer nada más. Pero ahí está elquid de la cuestión, la aceptación, que no es nada fácil. Si no aceptas y asimilas lo que está ocurriendo, no podrás hacer nada.  No “dejes pasar” este texto sin más, piensa un poco para ti mismo y razona lo que aquí te expongo:
¿Es cierto lo que digo de las empresas?
¿Es cierto lo que expongo sobre la política?
No pregunto si estos datos son exactos, puesto que no es mi intención crear una tésis, pregunto si son verdaderos. Respóndete. Asimilar estas informaciones te llevará a nuevas conclusiones, que a su vez te provocarán nuevos interrogantes. De esta manera tan sencilla te ayudarás a aceptar esta nueva realidad, ya que de lo contrario volverás al mundo de fantasía en el que quieren que estemos.
En cuanto comprendes la forma de actuar de Media-Saturn o de los dirigentes políticos, tu propio intelecto y sentido común te proporcionarán las respuestas a las preguntas y te aconsejarán sobre lo que está bien y mal. No tiene que existir ningún “gurú”, solo tú. Pero el camino de la aceptación es algo personal que tienes que recorrer sólo, yo sólo te indico cual es, ya que acompañarte sería renunciar a mis propias creencias

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