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sábado, 19 de octubre de 2013

Denuncian ante Tribunal Médico

casos de negligencia en enfermedades catastróficas  
Tema de Bioetica: comentario editor.-
La ética, es decir, el conocimiento organizado de la moral, no tiene una antigüedad mayor de veinticinco siglos. Para Aristóteles fue Sócrates su fundador, puesto que fue el primero en señalar y definir las virtudes éticas y en cuestionar la forma como debemos vivir. Séneca confirma este concepto cuando dice que Sócrates fue quien puso la filosofía al servicio de las costumbres y definió que la sabiduría suprema es distinguir el bien del mal. La Ética Médica, por su parte, es ligeramente posterior a Sócrates, o mejor, contemporánea. Sócrates consideraba que lo que hoy se conoce con el nombre de medicina, era un servicio de los dioses (medicina teologal). Sócrates vivió entre los años 469 y 399 antes de Cristo; Hipócrates entre 460 y 377. Fueron, pues, contemporáneos, posteriores a la llamada "era pretécnica" de la medicina que, como es sabido, transcurre entre los orígenes de la humanidad y la Grecia pensante de los siglos VI y V anteriores a Cristo. Se caracteriza por ser una combinación de empirismo Y magia, con un trasfondo sobrenatural y con unos médicos que eran sacerdotes. La "era técnica, en cambio, se inicia con Alcmeón de Crotona e Hipócrates de Cos. Para Lain Entralgo esa era técnica, se distingue porque el médico se propone curar al enfermo, por convicción, sabiendo por qué hace aquellos que hace. Esta nueva actitud mental lo conduce a preguntarse por lo que en sí mismos son el remedio, la enfermedad y el hombre; para dar respuesta a lo anterior, estudia la naturaleza, es decir, se propone conocer lo que una cosa es, su naturaleza propia. La medicina en los tiempos de Sócrates y de Hipócrates no estaba organizada ni reglamentada como profesión. Los conocimientos médicos se heredaban, se transmitían en el grupo familiar. La profesión tenía carácter de secta; era vista como un "sacerdocio" profesionalizado, aunque también ejercían curadores (curare) empíricos y autodidactos. La sociedad, en general, desconfiaba de los que hacían de médicos. No existían disposiciones que obligaran al practicante a ser responsable de sus actos, como sí ocurría en la Mesopotamia. Recordemos que en Babilonia el rey Hammurabi, que reinó unos 1.800 años antes de Cristo, registró en su famoso Código derechos y obligaciones de los practicantes de la medicina (curare). Esta falta de disposiciones reglamentarias del ejercicio médico en Grecia, junto con la natural desconfianza de la sociedad hacia los médicos, indujo a la secta a dictar sus propias normas de conducta, las cuales quedaron consignadas en un documento que pasó ala posteridad con el nombre de "Juramento hipocrático," tenido como un paradigma de ética profesional, de responsabilidad moral e impunidad jurídica. la Etica General ú ordinaria, iniciada con Sócrates al señalar la necesidad de vivir bajo el mandato de las virtudes, da origen a la Etica Médica, iniciada con los preceptos contenidos en el Juramento hipocrático, que a su vez señalan el actuar médico frente al enfermo, imponiéndole una suprema regla de moral: favorecerlo, o, por lo menos, no perjudicarlo. Asimismo, de la ética médica hipocrática se desprende la ética moral profesional, aplicable a cualquier actividad, como que obliga a quien la desempeñe a ejercerla a la perfección, en procura de beneficiar al otro. Queda establecido, pues, que la ética médica en sus inicios se fundamentó con criterio "naturalista", Siendo sabia la physis, todo lo natural tenía que ser bueno. Pero, como afirma Lain, el gran legado de los médicos hipocráticos a la ética médica de la posteridad, fue haber fundido en el alma del sanador lo humano y lo técnico, es decir, curar al hombre técnicamente. Hacia el año 190 a.C. fue escrito en Alejandría el Libro denominado el Eclesiástico tenido como un tratado de ética ya que diserta sobre las virtudes y la sabiduría práctica. Uno de los capítulos está dedicado a honrar al médico. Jesús, no el Mesías,   autor del Libro e hijo del sabio profeta Sirácides, nos legó un testimonio importante acerca de los conceptos que sobre la medicina y el médico tenían personas cultas e influyentes como él. El capítulo en mención no es propiamente una guía de comportamiento para el médico sino para el enfermo. Dada la gran influencia que el libro ejerció en el mundo cristiano y en la vida de Occidente, es bueno revisar los conceptos que nos son de particular interés y que registra el Eclesiástico:


1. De Dios viene toda medicina, vale decir, tiene carácter divino, es teúrgica.
2. Dios hizo al medicó para bien del enfermo. El médico es un instrumento de Dios y su misión es proporcionar beneficio.
3. De la tierra creó Dios los medicamentos, y la virtud de estos pertenece al conocimiento de los hombres, por lo cual deben glorificarlo.

4. Al sentirse enfermo, el individuo no debe descuidarse sino que debe apartarse del pecado, limpiar el corazón, dedicarse a la oración, hacer ofrendas. Sólo entonces será posible su sanación.  Este, a su vez, el medico, deberá rogar al Señor para que surtan efecto sus remedios. En resumen, lo que se quiere significar es que la enfermedad es consecuencia del pecado (caída del hombre) y la curación se obtiene por medio de la oración y el arrepentimiento.


Así las cosas, la ética médica, dependiente del "orden natural" de los griegos, fue apuntalada por los teólogos. La medicina se convierte en profesión según el sentido etimológico (professio), vale decir, con implicaciones confesionales, teologales, y médico, además de virtuoso técnico, debe ser un virtuoso moral, justo. La filosofía pitagórica y estoica, de la que tomó mucho la ética médica, viene a constituirse en una sombra del cristianismo. Razón asiste a José A. Mainetti cuando dice que la fortuna histórica del Juramento hipocrático pasó por el eje de Atenas a Jerusalén, esto es por su notable coincidencia con los principios doctrinales del cristianismo ". Este influjo de la moral hipocrática se mantuvo vigente durante muchos siglos, hasta bien entrada la Edad Media. con un nuevo ingrediente aportado por la Luz del Cristianismo: el de la filantropía, el cual, al darle una nueva dimensión al papel del médico, también imprimió nuevos rumbos al ejercicio de la medicina. En efecto, el medico debe seguir el ejemplo dé "Jesucristo," que se llamó metafóricamente "el Médico de médicos"  y que sano sin cobrar, sólo por amor al hombre, obliga a cuidar y a tratar de manera desinteresada al hermano enfermo, amor y misericordia. Es una buena acción y por lo tanto reconforta el alma. Dado que el orden natural viene de Dios y la enfermedad es un desorden por la desobediencia del hombre, restituir la salud es un acto justo, que viene asimismo de Dios a través de su creación,  el médico. Siendo un propósito Divino, debe obrar con sentido sacerdotal, paternalista, actitud ésta característica de la ética de orden natural.

No obstante que el fundador de la ética, Sócrates, relacionara el comportamiento del individuo con las leyes y la sociedad, su curso posterior estuvo muy ligado con el "otro", es decir, con efecto que mi comportamiento pudiera tener sobre mi congénere. Más tarde, en virtud de una interpretación comunitaria del moral, derivada del concepto del Estado secular y democrático la ética individual se extendió a la ética social. Cuando la ciencia en su afán inquisitivo y transformador, se convirtió en amenaza para él individuo, la sociedad y la especie toda, se vio la necesidad de ponerle un freno á ese afán, dándole un nuevo rostro a la ética científica. Así surgió la Bioética. Es cierto, junto con la formulación y vigencia de los principios de libertad política y libertad religiosa, se impuso también el principio de libertad moral. Si lo moral es la esencia de lo ético, deberá aceptarse entonces que la Etica Médica con el advenimiento de la Bioética ha sido modificada en su esencia. En efecto, fue en los inicios de los años 70 cuando al paciente se le concedió la ciudadanía libre y responsable. Esa ciudadanía quedó refrendada con la "Declaración de los derechos del paciente," aprobada por la Asociación Americana de Hospitales en 1973 y que, como era de esperar, ha venido haciendo carrera en todo el mundo, siendo un ingrediente más de los muchos que han hecho del ejercicio profesional de la medicina una disciplina francamente conflictiva, con un matiz de inmoral, dado que sus practicantes desconoce lo que Dios manda en nuestro proceder. En Colombia, en 1991, el Ministerio de Salud dictó una resolución en tal sentido, con carácter de general para instituciones de salud, oficiales y privadas, cosa que en poco se tiene en cuenta, porque no son las leyes las que modifican la conciencia. Antes de terminar este comentario veamos un ejemplo de la mentalidad reinante sobre la mayoria de medicos; copiado del Texto de www.rcnradio.com, la pregunta que nos formulamos es: ¿La medicina se esta ejerciendo de forma sectaria? Es evidente la desconfianza de la sociedad hacia los médicos.






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Por: RCN La Radio

En medio del debate que se adelanta en el Congreso de la República de la Reforma a la Salud, se conocieron denuncias que llegaron al Tribunal de Ética Médica por presuntas negligencias con los pacientes.

Denuncian ante Tribunal Médico casos de negligencia en enfermedades catastróficasUsuarios que tienen enfermedades catastróficas o de alto costo, manifestaron que pese a que pagaban por una consulta de media hora, el médico que los atendía solo les dedicaba alrededor 5 o 10 minutos.

En las quejas que hicieron llegar al Tribunal de Ética Médica, y que fueron conocidas por RCN La Radio, los usuarios se mostraron inconformes con el modo en fueron tratados a la hora de enterarse de la enfermedad terminal que padecían.

Hay una denuncia específica que se conoció contra el médico hematólogo Jair Figueroa Emiliani, quien al parecer y según las pruebas aportadas, aunque recibía el pago completo por una cita, atendía al paciente menos del tiempo facturado.

Aunque el Tribunal de Ética Médica confirmó que ha recibido estas denuncias, afirmó que no se puede pronunciar al respecto, debido a que las investigaciones tienen reserva.
Sin embargo, algunos pacientes no descartan presentar denuncias penales por estos hechos.


Al estar viviendo esta realidad, no nos queda mas que ejercer la autonomía de tomar la decision por una practica medica con los principios morales de beneficencia y justicia que constituyen el trípode que sirve de base de sustentación a la ética médica. El primero tiene que ver con el paciente, el segundo con el médico y el tercero con el Estado y la sociedad. Adviértase, entonces, que el paternalismo que caracterizó a la medicina durante veinticinco siglos dejó de tener vigencia. El paciente, por una parte, superó su condición de incapacitado moral para convertirse en un sujeto activo, con derechos legales; el médico, a su vez, continúa siendo el benefactor del paciente, pero no a contrapelo del querer de éste; a la sociedad, que no fue tenida en cuenta sino hasta época reciente se le adjudicó la función de distribuir equitativamente los bienes escasos en la comunidad, es decir, a actuar con criterio justo. Sin duda, tal ingrediente, involucrado en el concepto de ética médica, tiene sus raíces en las tesis propuestas por John Stuart Mill en su tratado de filosofía moral, El utilitarismo. Para él, la esencia de la justicia no es otra que el derecho al bienestar que posee el individuo. La justicia -escribió- es el nombre de ciertas clases de reglas morales ( digo yo; el único código moral universal se encuentra en la Biblia, Manual de Vida) que se refieren a las condiciones esenciales de bienestar humano de forma más directa y son, por consiguiente, más absolutamente obligatorias que ningún otro tipo de reglas que orienten nuestra vida"

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