VISITAS

Translate

lunes, 23 de marzo de 2020

EL ANTIVIRUS DE LA CUARENTENA


Nos preguntamos cuál es nuestro verdadero enemigo……COVID-19
Por:Carlos A Venegas M.ps
Fuente: Organización Mundial de la Salud

Esta no es una nota más de información sobre la  pandemia, hay saturación, no quiero que caigamos en infoxicación es decir sobrecarga informativa. La saturación de la información deja de aportar datos nuevos, Es evidente que esta situación puede crear problemas a muchos ciudadanos que pierden su capacidad de reacción ante información que puede ser de vital importancia. Recuerdo que, en la década de los años 80 del siglo pasado, leí un artículo de la revista Investigación y Ciencia sobre el cerebro humano.  Me llamó la atención la forma de funcionar del cerebro, el cual reacciona básicamente ante cambios. De esta forma, el cerebro no necesita recordarnos todo el día que tenemos los zapatos puestos, a no ser que los zapatos sean muy incómodos. Por la misma razón, si una noticia que debiera provocarnos una fuerte reacción la tenemos continuamente escuchando, o dicho de otro modo, si estamos acostumbrados a que los escándalos de corrupción y la impunidad sean la norma, llega un momento en el que muchos “aceptan” esta situación como algo de nuestro entorno que no les mueve a ninguna acción especial ya que se pierde la escucha activa. La siguiente información es para que el lector la tenga en cuenta, en estos momentos de incertidumbre y por el estado de confinamiento o cuarentena en que nos encontramos, el peligro de no saber cómo manejar esta situación nos puede llevar a acciones violentas o a llegar a falsear la realidad.
Los coronavirus (CoV) son una amplia familia de virus que pueden causar diversas afecciones, desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, como ocurre con el coronavirus causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y el que ocasiona el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS-CoV). Un nuevo coronavirus es una nueva cepa de coronavirus que no se había encontrado antes en el ser humano. Quiero definir lo que es un virus:
Resultado de imagen de pacintes coronavirusVirus es un Microorganismo compuesto de material genético protegido por un envoltorio proteico, que causa diversas enfermedades introduciéndose como parásito en una célula para reproducirse en ella. Los virus se hallan en casi todos los ecosistemas de la Tierra y son el tipo de entidad biológica más abundante, es decir que se haya en los componentes físicos y biológicos de un entorno. Es decir convive con nosotros. La palabra proviene del latín virus, que hace referencia al veneno, o alguna sustancia nociva. Poniéndonos de acuerdo con este concepto, procederé a explicar cortamente sobre el coronavirus y sus consecuencias, como también lo que implica el estar confinado y como manejar esta situación.
Contagio. De acuerdo con estudios exhaustivos al respecto, sabemos que el SRAS-CoV se transmitió de la civeta al ser humano y que se ha producido transmisión del MERS-CoV del dromedario al ser humano. Además, se sabe que hay otros coronavirus circulando entre animales, que todavía no han infectado al ser humano. Es decir que los coronavirus se pueden contagiar de los animales a las personas (transmisión zoonótica). 
Cuando esta incubado el coronavirus puede contagiarse de una persona a otra, así como se esta presentando, una persona con Covid-19 puede esparcir el virus en objetos, que al ser tocados por otros podrían infectarse, si luego de tener contacto con los objetos pasa sus manos por los ojos, la nariz o la boca. Si una persona cree que una superficie está infectada por el Covid-19 solamente tendrá que limpiar la misma con un desinfectante con el objetivo de matar el virus. Tras desinfectar la superficie, deberá lavase las manos con agua y jabón, evitar tocarse la cara y seguir las recomendaciones generales para evitar la propagación del coronavirus.

Sintomatología. Esas infecciones suelen cursar con fiebre y síntomas respiratorios (tos y disnea o dificultad para respirar). En los casos más graves, pueden causar neumonía, síndrome respiratorio agudo severo, insuficiencia renal e, incluso, la muerte.

Las recomendaciones habituales para no propagar la infección son la buena higiene de manos y respiratoria (cubrirse la boca y la nariz al toser y estornudar) y la cocción completa de la carne y los huevos. Asimismo, se debe evitar el contacto estrecho con cualquier persona que presente signos de afección respiratoria, como tos o estornudos.

Pandemia COVID-19. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, el virus puede permanecer algunas horas o hasta varios días dependiendo de las condiciones del medio ambiente. "No se sabe con certeza cuánto tiempo sobrevive el virus causante de la COVID-19 en una superficie, pero parece comportarse como otros coronavirus.

¿Cambia nuestro estilo de vida?
En psicología conocemos muy bien un fenómeno llamado contagio social. Son situaciones en las que las emociones se propagan hasta desencadenarse situaciones de elevado estrés, preocupación y hasta pánico. La ansiedad por el contagio del coronavirus está impregnándose en nosotros y es necesario contener su efecto para nuestra salud mental y por ende una sana convivencia con los quenos rodean,  la clave es que podamos manejar la situación entre todos, y de manera acertada. Y es que el COVID-19 está alterando por completo nuestro estilo de vida
En un escenario de incertidumbre, experimentar ansiedad es normal. Sin embargo, es necesario manejarla para poder dar lo mejor de nosotros mismos y vencer entre todos esta situación de emergencia. Se define la ansiedad como una emoción que surge cuando una persona se siente en peligro, sea real o imaginaria la amenaza. Es una respuesta normal o adaptativa, que prepara al cuerpo para reaccionar ante una situación de emergencia. Por lo tanto, tiene una función muy importante relacionada con la supervivencia, junto con el miedo, la ira, la tristeza o la felicidad. Es un Estado Mental que se caracteriza por una gran inquietud, una intensa excitación y una extrema inseguridad.  Decimos que la ansiedad es un fenómeno natural de adaptación ante situaciones de estrés que depende de los rasgos de personalidad de cada individuo. Cuando los niveles de ansiedad aumentan demasiado y se vuelven inmanejables la ansiedad pasa a ser una enfermedad. Es una angustia que acompaña a algunas enfermedades mentales, en especial a ciertas neurosis. 
Si la persona presenta una fobia dan lugar a temores irracionales y generan cuadros de ansiedad que pueden afectar a la calidad de vida y por tanto la convivencia con los demás, es una descarga emocional que afecta el sistema inmunológico de la persona.

Una de las formas de la ansiedad patológica es la que se traduce en crisis de angustia. Son procesos esporádicos e imprevistos en los que la persona siente que su muerte es inminente, que va a sufrir por ejemplo un ataque cardíaco o una hemorragia cerebral, que sufre una enfermedad muy grave o que puede volverse loca. Se pierde tranquilidad con respecto al futuro, se espera siempre que pase algo malo en algunos casos tiene pensamientos de suicidio. Se somatiza, la salud física se ve afectada a través de síntomas como opresión en el pecho, mareos, palpitaciones, sudoración, cansancio, cefaleas, dificultad para respirar o tragar, que se puede confundir con coronavirus.

Esa sensación de pánico no solo altera nuestro estilo de vida. Las ondas de su impacto afectan a la economía y lo que es peor nos aboca hacia comportamiento poco útil e incluso irracionales. Solo como ejemplo, ahora mismo, una parte de la población tiene en su casa abastecimiento de papel higiénico para cerca de tres meses. ¿Tiene sentido esto último? En apariencia, no. Ahora bien, en contextos de incertidumbre e inquietud como el momento actual es más importante que nunca tenerla bajo control. Debe ser nuestra aliada y no esa mecha que intensifica la preocupación y nos aboca hacia conductas poco ajustadas y hasta ilógicas. El miedo que causa pánico  es el escenario actual que contagia a los demás, es un segundo virus que pude ser tan peligroso como el COVID-19. ¿La razón? Dejarnos llevar por él, intensificará nuestro malestar psicológico y dejará entrever lo peor de nosotros mismos, instinto natural de supervivencia que actua de la manera mas destructiva. No es el momento. En estos días necesitamos superarnos, despertar nuestras fortalezas mentales. 
Podemos detener el avance del COVID-19, ¿pero el pánico?
Resultado de imagen de pacintes coronavirusSimulacro de AISLAMIENTO; Simulacro  es la Acción que se realiza imitando un suceso real para tomar las medidas necesarias de seguridad en caso de que ocurra realmente. AISLAMIENTO refiere a dejar algo solo y separado de otras cosas; apartar a una persona de la comunicación y el trato con los demás; abstraer la realidad inmediata de la mente o de los sentidos. Es decir Prescindir alguien de la realidad exterior para concentrarse en su pensamiento.
A nivel social, suele hablarse de aislamiento para referirse a la situación de un individuo que no participa de la vida social, cultural, política o económica de su comunidad por carecer de recursos, capacidades o derechos. Esto nos llevaría a hablar de lo que se conoce como aislamiento social y tiene lugar cuando una persona, sin desearlo, se aleja de su entorno. Esta acción la lleva a cabo de manera absolutamente involuntaria y puede ser originada por un sinfín de causas tales como el coronavirus… El COVID-19. Pero también para meditar, los anacoretas eligen el aislamiento y la meditación religiosa como forma de vida. Resumo que el aislamiento social, también conocido como “social withdrawal”, se presenta cuando una persona se aleja totalmente de su entorno de manera involuntaria aunque pueda pensarse lo contrario. Esta condición se da en personas de todas las edades. Puede ser una consecuencia de hechos traumáticos de su historia, como haber sido víctima de bullying o como parte de alguna condición médica, como la depresión. 

Consecuencias del aislamiento social. Quienes viven bajo esta condición suelen enfrentarse a diversas situaciones y problemas, siendo el más común y más grave la depresión. Es una enfermedad o trastorno mental que se caracteriza por una profunda tristeza, decaimiento anímico, baja autoestima, pérdida de interés por todo y disminución de las funciones psíquicas. Las personas que se aíslan sufren de una baja autoestima y suelen caer en profundas depresiones. Esto se debe a que cuando no nos relacionamos con nuestro entorno, nuestro cerebro no recibe los estímulos adecuados y no trabaja de la forma adecuada.
«La cuarentena es una experiencia desagradable para quien la sufre; conlleva separación de los seres queridos, pérdida de libertad, incertidumbre sobre el estado de la enfermedad y aburrimiento, que en ocasiones puede crear efectos dramáticos». Esta es una de las conclusiones presentadas por un equipo de siete psicólogos del King's College de Londres que han analizado las cuarentenas en crisis previas a la pandemia del Covid-19. La duración de la cuarentena también arrojó luz: las que sobrepasaron los 10 días mostraron más efectos negativos que las más breves. El confinamiento, la pérdida de la rutina habitual, la reducción de la vida social y del contacto físico con otros se tradujo en aburrimiento, frustración y una sensación de aislamiento del resto del mundo que resultaba «angustiante». 
Resultado de imagen de panico coronavirusUno de las conductas más llamativas que estamos viendo durante la presente crisis del coronavirus, es la compra compulsiva de papel higiénico. ¿A qué se debe? Estas son las explicaciones psicológicas al respecto de este tipo de comportamiento. Si hay algo que debemos admitir sobre la actual crisis del COVID-19 es que estamos siendo testigos de comportamientos de gran interés psicológico. Uno de ellos es sin duda la necesidad de almacenamiento compulsivo, de adquirir productos y dejar vacíos los estantes de los supermercados. Al inicio de esta pandemia, la gran mayoría de la población se vio con la necesidad de adquirir mascarillas y gel hidroalcohólico. La justificación de esta conducta era lógica y comprensible: debía protegerse. Ansiábamos tener esa barrera defensiva frente a la presencia del virus, una prioridad que como bien sabemos, sigue muy presente. Ahora bien… nos protegemos de lo externo pero nos ¿estamos protegiendo nuestro interior es decir nuestras emociones? Este comportamiento es una realidad de gran impacto psicológico que actúa como barómetro del estado emocional de la población en general. Hay un hecho innegable, el papel higiénico no es un bien de primera necesidad. Es decir, no es agua ni un alimento que nos sirva para garantizar nuestra supervivencia, sin embargo, nuestra mente moderna lo considera imprescindible. Lo priorizamos a los productos de limpieza o de aseo como puede ser, por ejemplo, el jabón. Algo que sabemos bien desde el campo de la psicología del consumidor es que la conducta de la compra, es en buena parte impulsiva e irracional. Basta que veamos como otros efectúan un comportamiento de adquisición de un producto para que nosotros nos interesemos. La gente compra papel higiénico no solo porque es un bien mínimo irrenunciable, sino porque ve cómo otros lo adquieren en masa. Las redes sociales y la televisión nos enseñan de forma continuada a personas con carritos llenos de papel higiénico. El efecto contagio es imparable. A su vez, hay otro fenómeno: los estantes de este producto son grandes, con lo cual, cuando se quedan vacíos ese hueco genera impacto. Genera sobre todo, sensación de carencia y necesidad de compra de ese bien preciado. El hecho de que el volumen de compra de este producto sea tan elevado, despierta otro miedo: la posibilidad de quedarnos sin él. Es el pez que se come la cola y que además retroalimenta otro miedo: el de la carencia.
Hay otro factor no menos interesante desde un punto de vista psicológico. Cuando atravesamos por momentos complicados, cuando nos rodea la incertidumbre, la angustia o la inquietud, hay un comportamiento que nos da sensación de control: comprar. El simple hecho de tener en casa un buen abastecimiento de comida y productos básicos alivia. Porque con ello, vemos cubiertas nuestras necesidades esenciales y el cerebro experimenta tranquilidad ante este hecho. Para concluir, más allá de lo irónico que nos pueda parecer esta conducta, tiene explicación, es comprensible y no es más que un efecto más asociado al pánico. No importa que no sea esencial para nuestra supervivencia, en instantes de crisis, tenerlo cerca genera sensación de normalidad, de control. Para salir del aislamiento social es básico que te abras a nuevas experiencias, que aprendas a salir de tu zona de confort y que te pongas en situaciones nuevas.

¿La cuarentena en Colombia afecta al simulacro de aislamiento en Bogotá?
La solución para mantenernos equilibrados y sanos mentalmente; ¿Cuál es la importancia de los “40 días” en la biblia?" Respuesta: El número 40 aparece a menudo en la biblia. Ya que el 40 aparece con tanta frecuencia en contextos relacionados con el juicio o con pruebas, muchos eruditos lo entienden como el número de "prueba" o "juicios". Esto no significa que el 40 es completamente simbólico; todavía tiene un significado literal en las escrituras. "Cuarenta días" significa "cuarenta días", pero parece que Dios ha elegido este número para enfatizar momentos de problemas y dificultades. La cuarentena, en medicina, es un término para describir el aislamiento de personas por consecuencia de una enfermedad, durante un período de tiempo no específico para evitar o limitar el riesgo de que se extienda la mencionada enfermedad, como por ejemplo el coronavirus. Las formas de aislamiento más antiguas efectivas conocidas son las mencionadas en el Pentateuco (Biblia) hace más de 3400 años, de la que se siguieron los consejos, especialmente en el caso de la lepra. A partir de los siglos XIII y XIV toma auge. Las personas infectadas fueron separadas para evitar la propagación de la enfermedad entre los antiguos israelitas bajo la ley mosaica, como grabados en el antiguo testamento. Para fines médicos actualmente existen las cuarentenas de periodos de ochenta y cuarenta días, dependiendo de la gravedad de la enfermedad y el país donde ocurra el evento.
Aquí están algunos ejemplos de la biblia donde se usa en número 40 que hacen hincapié en el tema de pruebas o juicio:
Génesis. Y el diluvio estuvo cuarenta días sobre la tierra; y las aguas se multiplicaron, y alzaron el arca, y fue alzado de sobre la tierra. 
Génesis 7:4 Porque dentro de siete días haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches, y borraré de la faz de la tierra a todo ser viviente que he creado. 
Génesis 7:12 Y cayó la lluvia sobre la tierra por cuarenta días y cuarenta noches. Después que Moisés mató al egipcio, huyó a Madián, donde pasó 40 años en el desierto cuidando ovejas (Hechos 7:30). Moisés estuvo en el monte Sinaí durante cuarenta días y cuarenta noches (Éxodo 24:18). Moisés intercedió a favor de Israel durante 40 días y 40 noches (Deuteronomio 9:18, 25). La Ley especificó un número máximo de azotes que un hombre podría recibir por un crimen, fijando el límite en 40 (Deuteronomio 25:3). Los espías israelitas les llevó 40 días para espiar Canaán (Números 13:25). Los israelitas divagaron durante 40 años (Deuteronomio 8:2-5). Antes de la liberación de Sansón, Israel sirvió a los filisteos durante 40 años (Jueces 13:1). Goliat se burló del ejército de Saúl durante 40 días antes de que David llegara para matarlo (1 Samuel 17:16). Cuando Elías huyó de Jezabel, viajó 40 días y 40 noches hasta el monte Horeb (1 Reyes 19:8). El número 40 también aparece en las profecías de Ezequiel (4:6; 29:11-13) y Jonás (3:4). En el nuevo testamento, Jesús fue tentado durante 40 días y 40 noches.  Mateo 4:2 Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, entonces tuvo hambre. Hubo 40 días entre la resurrección y la ascensión de Jesús (Hechos 1:3). Si realmente el número 40 tiene o no algún significado, es aún objeto de debate. La biblia definitivamente parece que usa el 40 para enfatizar una verdad espiritual, pero debemos señalar concretamente que la biblia en ninguna parte asigna algún significado especial al número 40.

Como enfrentarlo: Para combatir la ansiedad por coronavirus se necesita algo más: debemos entrenar nuestro enfoque mental. Se trata en realidad de reducir la hiperactividad de la amígdala cerebral y de nuestras emociones, para activar la corteza prefrontal. Esa región que nos permite actuar y pensar de manera más centrada y reflexiva.

Para la ansiedad es Salmo 34:4 Busqué al SEÑOR, y El me respondió, y me libró de todos mis temores.

Esa sensación de pánico 1 Pedro 5:7 Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque él cuida de ustedes.

Para el AISLAMIENTO es abstraer de la realidad inmediata de la mente o de los sentidos. Es decir Prescindir alguien de la realidad exterior para concentrarse en su pensamiento.
Filipenses 4:8 .Por último, hermanos, piensen en todo lo verdadero, en todo lo que es digno de respeto, en todo lo recto, en todo lo puro, en todo lo agradable, en todo lo que tiene buena fama. Piensen en toda clase de virtudes, en todo lo que merece alabanza.
Juan 16:33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tenéis tribulación; pero confiad, yo he vencido al mundo.

Para la angustia  Filipenses 4:6-7. "Por nada estéis angustiados, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús."-  

Recomendaciones.
Resultado de imagen de persona tranquila1. Evita la infoxicación. Llamamos infoxicación a la sobrecarga informativa. (a saturación de información la cual no te deja continuar con lo que de verdad deseas). La Organización Mundial de la Salud ha reconocido que la crisis actual está generando estrés a la población y un modo de reducir el impacto es evitar estar expuestos las 24 horas del día a las noticias y datos que van saliendo a cada segundo. Debemos estar informados, sí. Pero no nos obsesionemos. Estar pendientes de las cifras, las tasas de infección y las especulaciones eleva la ansiedad por coronavirus. Juan 14:1 No se turbe vuestro corazón; creed en Dios, creed también en mí.

2. Ante los pensamientos negativos, racionaliza. Tener miedo es lógico y esperable. No obstante, ese miedo debe ser racional, por ejemplo –> «Temo infectarme. ¿Qué debo hacer entonces?» tomar medidas de prevención». «Me da miedo que mi padre o mi abuelo enferme»  -> « ¿Qué puedo hacer? protegerlos».
El miedo debe ser un mecanismo que nos permita tomar medidas útiles para la acción. Sin embargo, debemos por encima de todo, controlar esos pensamientos negativos que movilizan y aumentan el pánico.
De este modo, si nos asaltan ideas como «vamos a morir o esto no va a tener solución», lo que debemos hacer es racionalizar. ¿De qué manera? Buscando información fiable. Basta con consultar los datos estadísticos de China: la tasa de letalidad es del 2.3 %. Filipenses 4:6-7 Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús.

3. Ante la incertidumbre, rutinas. La ansiedad por coronavirus se alimenta de la incertidumbre. La realidad es esta: estamos ante algo a lo que nunca nos habíamos enfrentado. Es un virus nuevo y de momento no hay vacuna.
No sabemos tampoco cuánto durará la cuarentena y estas medidas tan restrictivas. Todo ello nos aboca a un estado de incerteza que no todo el mundo puede gestionar. ¿Qué podemos hacer ante esto? Lo mejor es centrarnos en el momento presente, en el aquí y ahora. Lo ideal en estos casos es establecer una rutina que cumplir y que nos obligue a focalizarnos en el momento actual. (Isaías 43:2). “Cuando pases por las aguas, Yo estaré contigo, y si por los ríos, no te cubrirán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama te abrasará”

4. Compartir emociones para vivir mejor. La angustia es un sentimiento común, sentirla no nos hace débiles. Es momento de aceptar todas nuestras emociones y de compartirlas con los demás para hallar el equilibrio. No se trata de intensificar el miedo, sino de manejarlo entre todos, de crear espacios donde nutrirnos de esperanza, energías y confort emocional. Hebreos 10:24 -  Busquemos la manera de ayudarnos unos a otros a tener más amor y a hacer el bien.

5. Ser realistas: el riesgo ni se minimiza ni se maximiza. Un modo de gestionar la ansiedad por coronavirus es ser realistas en todo momento. No hay que caer en mecanismos de defensa psicológicos en los que minimizar el riesgo, decirnos que por ser jóvenes o por estar en una zona con bajo índice de afectados, corramos menos peligro.
Por otro lado, tampoco hay que maximizarlo hasta el extremo de sufrir insomnio y dejar que el COVID-19 sea nuestro único pensamiento. Hay un riesgo real y debe aceptarse. Se trata básicamente de adaptarnos a esta realidad siendo responsables de nosotros mismos y de los demás. Si me dejo llevar por el pánico no ayudo. Si lo infravaloro me pongo en riesgo y pongo a los demás. Por tanto, actuemos con equilibrio y sentido común. Proverbios 22:3 El prudente ve el mal y se esconde, más los simples siguen adelante y son castigados.

6. No tengo el control de lo que ocurre pero sí puedo controlar mis reacciones y actuaciones. Para manejar la ansiedad por coronavirus hay que asumir otra realidad: no tengo control sobre nada de lo que haga el COVID-19. No obstante, sí puedo controlar mis reacciones y comportamientos. Es momento de preguntarme cómo quiero recordarme el día de mañana cuando pase esta crisis. Lo ideal es verme a mí mismo como alguien que mantuvo la calma, alguien que fue responsable, que se cuidó a sí mismo y fue capaz de atender a los demás. Salmos 94:19 En medio de las preocupaciones que se agolpan en mi mente, tú me das consuelo y alegría.

7. Objetivos cotidianos y conexión. Nadie podía prever la situación actual, pero la estamos viendo y sin lugar a dudas la afrontaremos. No obstante, hasta que llegue ese día y logremos reducir la curva de infección como lo ha conseguido China, pueden pasar semanas.
Hasta ese día, hay dos elementos que nos ayudarán a reducir el peso de la ansiedad por coronavirus: marcarnos objetivos y mantener el contacto con las personas que queremos. Los objetivos deben ser a corto y largo plazo. Cada día cuando nos levantemos es recomendable marcarnos una meta (leer un libro, hacer algo nuevo con la pareja o con los hijos, hacer limpieza en casa, escribir, pintar, etc). Los objetivos a largo plazo deben recordarnos que los propósitos vitales siguen estando ahí, guiándonos y ofreciendo esperanza. Josué 1:7 “Mira que te mando que te esfuerces  y seas  valiente; no temas ni desmayes. Porque Jehová tu Dios estará contigo  en dondequiera que vayas”
Por otro lado, es esencial mantener el contacto con los nuestros. Ahora más que nunca, Whatsapp y las videollamadas son nuestro sustento cotidiano. Hagamos uso de ellas y mantengamos la esperanza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario