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miércoles, 8 de julio de 2020

“Quién olvida su historia está condenado a repetirla”

Tema: sociopolítico 

por:Carlos A Venegas M.-psicólogo 

La Pandemia aflora en alma humana

Esta nota la inició con la frase "No existe una pandemia, sino dos"  a lo que me refiero es que esta plaga  se mostró en esta crisis mundial que para muchos estaba desapercibida, pero que está latente en el corazón humano, una epidemia que brota, que aparece por medio de nuestra alma "corrupción". Transcribo algunos apartes de la entrevista que hizo la BBC News Mundo  al  Premio Nobel de Economía en 2013, Robert Shiller. Cuando recibió el Premio, lo describen como un innovador que logró incorporar elementos de la psicología en la investigación económica y un pionero en el análisis de la volatilidad del mercado financiero, los precios de los activos y las burbujas especulativas.  Cuando le formularon que la mayor parte de la gente piensa que no hay un paralelo entre la crisis económica a raíz de  esta pandemia con la Gran Depresión porque esta fue causada por errores humanos, más que por un evento externo. Su respuesta; piensa que primero que todo el miedo que tenemos en este evento puede durar más tiempo que la que duro con la Gran Depresión, así como su impacto en nuestro pensamiento y psicología. A hora no es incorrecto mirar a la Gran Depresión como un indicador, ya que al no estar preparados para enfrentarla es cierto que se puede contemplar errores humanos. Y le preguntan ¿Cuáles son las mayores similitudes entre lo que estamos viviendo ahora y lo que ocurrió con la caída de la bolsa en 1929? La gente experimenta lo que los psicólogos llaman la "heurística de la afectividad"un concepto acuñado por Paul Slovic, que dice que las personas toman decisiones con base en eventos que les provocan temor. La gente tiene una inclinación natural a exagerar el riesgo. Y descubrimos que después de eventos negativos, como un terremoto, se acelera la tendencia al miedo de un colapso financiero. El evento de la pandemia es un perfecto ejemplo de heurística de la afectividad. Para la mayoría es un evento relacionado con quedarse en casa por el miedo a una enfermedad que ha matado a mucha gente.  
En su último libro, Economía narrativa: cómo las historias se vuelven virales y conducen los principales eventos económicos, Robert Shiller explica cómo las historias que contamos influyen o impulsan eventos económicos. Al preguntarle; ¿Cómo funciona esto en el contexto de la pandemia? El tema de la pandemia está en todas partes, así como las narrativas sobre las respuestas a la pandemia, como por ejemplo, si los gobiernos están haciendo o no están haciendo un buen trabajo. ¿Qué efectos tiene esta narrativa? Tiene malos y buenos efectos. Uno es que nos hace tener miedo, porque vemos el miedo que tienen otras personas cuando hablan sobre el tema. Eso ayuda a exagerar nuestros miedos. Lo vemos, por ejemplo, cuando se produce una burbuja negativa en la bolsa de valores. La gente ve que los precios caen y tratando de descubrir por qué, comienza a amplificar historias que explican el declive. Las historias se difunden y los precios vuelven a caer una y otra vez. Siguiendo ese argumento, usted dice que no existe una pandemia, sino dos. La pandemia de covid-19 y la pandemia de la ansiedad financiera por las consecuencias económicas que puede tener la primera. ¿Cómo se interrelacionan estas dos pandemias?, ¿no son acaso dos caras de una misma moneda? La intensidad de la reacción frente a la crisis de covid-19 es en parte lógica. Muchos países han implementado políticas para quedarse en casa o cuarentenas. Eso es una causa real que afecta a la economía. Pero al mismo tiempo, hay un aspecto psicológico que genera miedo y ansiedad. Se crea un estado de ánimo ansioso y esa ansiedad es una epidemia en sí misma, no es una respuesta racional a las noticias, por eso digo que hay dos pandemias. Los científicos y los gobiernos están lidiando con la pandemia de covid-19. ¿Pero cómo se pueden manejar los efectos de la pandemia de ansiedad financiera? Desafortunadamente es un problema difícil porque los gobiernos no pueden controlar la ansiedad pública. Usted ha dicho que la pandemia podría abrir una oportunidad para disminuir la desigualdad, pero otros economistas son más escépticos. ¿Qué lo hace sentirse optimista en ese sentido? No conozco el futuro. La desigualdad podría crecer. Ha estado creciendo por algún tiempo. Esto es como una situación de guerra. En esta ocasión, estamos todos del mismo lado. Todos los países del mundo están del mismo lado en esta guerra. ¿La pandemia se produce en un momento de división donde los gobiernos populistas en el mundo están defendiendo diferencias étnicas y religiosas? Dice; Entonces, podría ser un cambio bienvenido. ¿Eso no necesariamente provoca una disminución de la desigualdad? Supongo que podría haber algunas mejoras en programas sociales. Hemos visto cómo los menos favorecidos  han sufrido durante la pandemia. Podría haber mejoras en el sistema de redistribución, progresividad en el sistema de impuestos en el mundo y los servicios que se ofrecen al público, como el sistema de salud y la educación. Por último le preguntan; Más allá de la pandemia, ¿hay otras narrativas que le preocupen? Hay otros problemas que han quedado de alguna manera cubiertos por la gigantesca atención que le hemos prestado a la pandemia. Hay otra narrativa que es preocupante….., dejemos  esta nota. Si hay algo que debemos admitir sobre la actual crisis del COVID-19 es que estamos siendo testigos de comportamientos de gran interés psicológico por la crisis económica global además del aislamiento social.
Digo que el concepto de este contagio social es más que las personas que toman decisiones con base en eventos que les provocan temor, no es del todo la ansiedad financiera. Es lo que hay en el corazón del ser humano como lo indique al inicio de esta nota; se manifiesta como una plaga que brota, que aparece por medio de nuestra alma y que está latente en nuestro corazón y se llama, ¡corrupción!  Lo cierto es que este fenómeno está extendiéndose en todas las naciones ¡corrupción!  de acuerdo a la historia los gobiernos han caído por la seducción de un espíritu llamado corrupción, desde la conformación de estas naciones y en especial América Latina. 
Mirando desde otro punto vista en un informe del Banco Mundial advirtió que la pandemia de covid-19 causará la mayor crisis económica mundial desde por lo menos 1870 y amenaza con provocar un aumento drástico en los niveles de pobreza en todo el mundo, como también en su momento la declaratoria del coronavirus como pandemia por la OMS cuando lamentablemente ya era tarde para frenar, era previsible, en mi criterio y sin caer en teoría de la conspiración esta dos organizaciones tienen que ver con la actual crisis, se puede dar como cierto en que fue planeada. Es posible, como casualidad es un libro escrito en 1981 describe el origen de una pandemia en Wuhan, que una "futuróloga"Sylvia Browne  para más señas dejara escrito  que una enfermedad grave similar a la neumonía se extendería por todo el mundo en 2020 y que podemos decir de la reunión llamada Event 201 en Octubre 2019; el nombre nace del crecimiento numérico de sucesos epidémicos vividos en los últimos años, que asciende a 200 anuales.  Los organizadores  fueron Centro Johns Hopkins para la seguridad de la salud, en asociación con el foro Económico Mundial y la Fundación Bill y Melinda Gates.

La corrupción desde una perspectiva psicológica es un fenómeno lamentablemente en boga y frecuente en cierto sectores, como sociopolítico y el mundo empresarial y financiero. Es una práctica sistemática en la que pervertir, depravar y sobornar se convierten en el modus operandi del corrupto en perjuicio de terceros y del interés colectivo de la ciudadanía. Hay una serie de factores psicosociales  que son inherentes a la corrupción tales como; La tendencia a identificar el éxito con el dinero, la prevalencia de la moral heterónoma (Es la que nos manda hacer algo por principios ajenos a mí y cuya voluntad nace de un extraño externo a mí por consiguiente la voluntad o maldad de mi acción no depende de mí.) sobre la moral autónoma (Es aquella que manda actuar por mi propia voluntad o según mi conciencia basada en la moral universal como moralmente bueno, es equivalente a si Dios Jehová  lo ordena . Lo que es moral está determinado por los mandamientos de Dios Jehová, una persona sea moral debe seguir los mandamientos de Dios Jehová), la falta de conciencia por parte de la población de que los bienes públicos, que aseguran el bienestar social, se consiguen a través del esfuerzo de todos y deben ser respetados. El acostumbramiento a la corrupción por parte de la población y a aceptar la misma como algo normal ante la aparente impunidad que exhiben quienes ostentan el poder y delinquen, circunstancia que les predispone a delinquir tal cual hacen los poderosos. Todo ello contribuye a que los miembros de la sociedad interioricen una percepción subconsciente de que defraudar es algo lícito y aceptable. Surge de este modo una tolerancia y benevolencia ante la corrupción así como una falta de conciencia y una desmotivación social para cumplir las leyes así como una predisposición a defraudar siempre que sea posible y se minimice el riesgo de ser descubierto. Psicopatológicamente, podemos englobar a los corruptos en dos grandes grupos: Corrupto narcisista. Están convencidos de que son superiores, se caracterizan por un patrón de grandiosidad, necesitan ser admirados y carecen de empatía para conectar emocionalmente con los demás. Corrupto antisocial. Sienten necesidad de mostrar su superioridad, son manipuladores y explotadores, violan sistemáticamente los derechos del otro y son propensos a cometer actos delictivos. No aceptan la culpa de los delitos que cometen y, aunque quizás lleguen a sentir vergüenza al verse expuestos al escarnio público, nunca dan muestras de arrepentimiento. Tú no puedes ser amigo de gobernantes corruptos, que violan la ley y hacen planes malvados. Salmos 94:20

continua..

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