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domingo, 27 de abril de 2014

EL RIESGO DE UNA TAZA ESTIMULANTE DE CAFE

RANDALL CORELLA V. | rcorella@nacion.com
Tema: Salud Publica.-

Nos topamos con ella a cada hora: en la taza de café, el vaso de té frío, la lata de refresco, ciertas pastillas contra la migraña y hasta la barra de chocolate... La cafeína es hoy la droga psicoactiva más popular del mundo, aunque su abuso trae riesgos que pocos conocen.

Está en el cafecito que nos despabila al desayuno, la gaseosa que nos refresca al mediodía, el té que nos anima a mitad de la tarde y el chocolate que nos calienta por la noche. La consumen choferes, amas de casa, ejecutivos, científicos, deportistas extremos y estudiantes universitarios.

A todos les brinda ese empujoncito extra para conducir kilómetros de kilómetros, hacer el oficio doméstico, terminar un informe, completar un teorema, alcanzar una cima y repasar toda la materia de un examen final. Ese “mágico” poder para espantar el sueño, contrarrestar la fatiga física y aumentar la sensación de energía, figura entre las razones por las cuales la cafeína es, hoy por hoy, la droga estimulante más popular del mundo. Alrededor de un 80% de la población mundial la ingiere diariamente en cualquiera de sus múltiples presentaciones: café, té, cacao, chocolate, mate, gaseosas, bebidas energéticas, antigripales, analgésicos y hasta píldoras para bajar de peso. El consumo medio per cápita en el mundo es de unos 70 miligramos por día, aunque en países como Estados Unidos, Gran Bretaña y Suecia va de los 200 a los 400 miligramos. Por placer, necesidad o costumbre, muchos ignoran que la cafeína es una droga psicoactiva que produce hábito e incluso se la dan con frecuencia a sus hijos en refrescos o dulces. Si bien está comprobado que el consumo moderado de cafeína trae beneficios, los estudiosos dejan claro que, como droga que es, su abuso sostenido podría acarrear consecuencias mortales. Y aunque algunos defensores de la salud física han hecho pública su preocupación, eso no ha disminuido la popularidad de este estimulante. Por ejemplo, el consumo anual mundial de café, la fuente más importante de cafeína, excede los seis millones de toneladas, y en algunos países el consumo per cápita ronda los 15 kilos al año. Cada día hábil, la cadena estadounidense Starbucks abre cuatro cafeterías en algún sitio del mundo y la venta de bebidas energéticas –cargadas de cafeína– no deja de crecer.
Los estimulantes vegetales considerados como psicoestimulante o psicotónico
La droga nuestra de cada día  Las bebidas del tipo cola que contienen xantinas cafeína, teofilina y teobromina indiscutiblemente son los psicoestimulantes más utilizados en todo el mundo. En el año 2008, se estimó un consumo promedio mundial de 1,3 kilos de café por persona al año y esto va en aumento, si consideramos otros compuestos como el chocolate y bebidas del tipo cola, incluyendo los refrescos elaborados con té (con menor contenido en xantinas) que también son ampliamente consumidos por los más jovenes. Las xantinas se han utilizado desde la antigüedad por sus efectos estimulantes de ahí sus nombres: teofilina (hoja divina) y teobromina (alimento de los dioses). En el caso del café su origen se remonta a África Oriental donde se molían sus granos y se elaboraba una pasta utilizada para alimentar a los animales y aumentar las fuerzas de los guerreros. La mayor fuente de cafeína se obtiene de las semillas de la planta Coffea arabica, mientras que las hojas de té, de la planta Thea sinensis, contienen cafeína y teofilina. Las semillas de cacao Theobroma cacao, además de contener teobromina también contienen cafeína, aunque en menores cantidades que las semillas de la planta del café. Fue hace menos de dos siglos, cuando se supo que la estimulación que las personas encontraban en el café y el té era producida por el mismo agente químico: un antiguo alcaloide que se halla naturalmente en las hojas, semillas y frutos del té, café, cacao, guaraná y otras más de 60 plantas. Si bien la droga era usada para el consumo humano desde el siglo VI a.C., cuando el guía espiritual Lao Tse recetó el té como un elixir para sus discípulos del taoísmo, como todas las demás drogas psicoactivas que son usadas para ese fin "ocultismo" fue en 1820 cuando los científicos se cuestionaron la razón de su gran popularidad. Ese año, el químico alemán Friedlieb Ferdinand Runge aisló por primera vez el principio activo del grano de café, y llamó a la sustancia “cafeína” (procedente del café). Dieciocho años más tarde, los químicos concluyeron que el ingrediente activo del té era también la cafeína descubierta por Runge y que, en cuestión de décadas, fue encontrada en el cacao y las nueces. “No es una mera coincidencia que el café y el té se pusieran de moda en Europa justo cuando las primeras fábricas marcaban el inicio de la Revolución Industrial. En un sentido, la cafeína es la droga que hizo posible el "mundo moderno”, afirma un artículo publicado por la revista National Geographic. Mas yo digo; "hizo cautivo al mundo," como también las demás drogas ejemplo marijuana "cannabis" que su ingrediente activo del THC, es sumamente destructivo en el organismo, sin olvidarnos de la coca que contiene alcaloides como metilecgonina, benzoilecgnonina, metilecgonidina, cinamoilecgonina, ecgonina y nicotina. 

¿Pura energía? Volviendo a los psicoestimulantes el 78,44% de los hombres y el 76,85% de las mujeres se confiesan tomadores activos de la estimulante bebida llamada café; Los científicos han calificado a la cafeína como una sustancia terapéutica en dosis controlada, un alcaloide del grupo de las xantinas, que promueve la vigilia. Su poder para despertar radica en la interferencia con la adenosina, una sustancia química del cuerpo que actúa como soporífero natural. Después de ingresar al organismo –principalmente por la vía oral– pasa al torrente sanguíneo y ahí cumple su labor de camuflaje. Su parecido con las moléculas de adenosina hace que los receptores de estas sustancias presentes en el sistema nervioso central se confundan y se enlacen con ellas. Así, la cafeína bloquea el efecto hipnótico de la adenosina e impide que sintamos cansancio o nos durmamos. Pero no queda ahí, pues la cafeína actúa incrementando el estado de alerta del organismo y promueve la liberación de adrenalina, una hormona capaz de reactivar por completo nuestro cuerpo. En dosis controlada estimula el sistema nervioso central, el músculo cardíaco y el sistema respiratorio, reduce la sensación de cansancio y agudiza la percepción, además es vasodilatador, lo que explica por qué ayuda a controlar la migraña”, detalla la doctora en Farmacia Vera Barahona Hidalgo. El pico de concentración máxima de cafeína en el organismo se alcanza, en promedio, a los 30 minutos después de consumirla, y su tiempo de vida media varía de acuerdo con la dosis, pero va de las dos a las siete horasSin embargo, el precio a pagar por mantener el cuerpo en vigilia por tantas horas podría ser alto. “La razón principal de que la cafeína se utilice en todo el mundo es la de promover la vigilia (como todos los energizantes que están compuestas principalmente por cafeína "alcaloide" ). Sin embargo, el motivo principal de que la gente necesite ese apoyo es el sueño inadecuado. Pensemos que consumimos cafeína para compensar un déficit de sueño que, en gran parte, es resultado del uso mismo de la cafeína”, explicó a National Geographic Charles Czeisler, neurocientífico de la Escuela de Medicina de Harvard, Estados Unidos.

No es un invento novedoso, es otra forma de consumir la vieja receta de cafeína en una presentación que un vendedor austriaco desarrolló cuando los universitarios de hoy apenas eran recién nacidos. En la década de 1980, Dietrich Mateschitz trabajaba para Blendax, una compañía de cosméticos alemana. Sus frecuentes vuelos nocturnos a Tokio y Pekín le provocaban un terrible desfase horario que lo dejaba exhausto. Sin embargo, en las ciudades asiáticas, empezó a notar que los taxistas bebían a menudo el tónico de unas botellas que cargaban siempre consigo. No soportó la curiosidad y, en Bangkok, le pidió a un taxista una probadita de aquella bebida. El cansancio desapareció de repente. La bebida que los tailandeses llamaban Krating Daeng ( toro rojo ) era una mezcla de cafeína, el aminoácido taurina y un carbohidrato, la glucoronolactona. Mateschitz renunció a su trabajo, compró la licencia para vender la bebida en Occidente, modificó el sabor, la hizo gaseosa y la lanzó al mercado europeo a finales de los 80. Una agresiva campaña de mercadotecnia la posicionó como la bebida ideal para los jóvenes que pasaban el día en trabajos estresantes y sus noches en clubes de fiesta y diversión. Hoy, casi 20 años después, Red Bull se encuentra en 143 países y vende 3.500 millones de latas al año; además, decenas de marcas competidoras han engrosado el mercado mundial de las bebidas energéticas, todas con el mismo ingrediente principal: cafeína. Una lata de 250 mililitros contiene unos 80 miligramos de cafeína, el doble o el triple que una lata de 350 mililitros de ciertos refrescos gaseosos. Sin embargo, añadirle a una bebida refrescante una droga que genera hábito sembró preocupación en varios países. Francia, Dinamarca, Noruega y Uruguay prohibieron las bebidas energéticas; en Austria, Nueva Zelanda e Irlanda, las autoridades de Salud solicitaron que los envases llevaran etiquetas para prevenir su mezcla con alcohol y el consumo niños, mujeres embarazadas y personas sensibles a la cafeína. Y la legislación argentina limitó la promoción de estas bebidas para que no tuviera asociaciones “directas ni indirectas” con imágenes de éxito personal y sexual, actividades deportivas o menores de edad. En los 25 países de la Unión Europea, las bebidas embotelladas con más de 150 miligramos de cafeína por litro deben traer etiquetas de “alto contenido de cafeína”, una medida que se repite en Estados Unidos. Algunos lo hacen como estimulante para estudiar, otros lo mezclan con alcohol en fiestas privadas o discotecas. “Es una mezcla fatal porque el alcohol es una bebida depresora y la cafeína es estimulante. Al unirlos, lo que hace es enmascarar los síntomas del alcohol, pero igual está haciendo efecto y puede producir una gran depresión sin que la persona se dé cuenta”, advierte Guiselle Amador, directora general del Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA). La encuesta reveló también una baja estimación de riesgo hacia el consumo frecuente de bebidas energéticas, que podría obedecer a la carencia de información sobre los riesgos que entraña el abuso de esta práctica. “Si llegamos a tener problemas con la cafeína será a través de la bebidas energéticas, porque esta droga crea tolerancia y cuando un muchacho necesite aumentar la dosis para tener los mismos resultados, va a sentirse muy mal”, añade Amador.

Hablemos un poco sobre el guaraná  que se esta imponiendo como bebida energizante  es un estimulante natural y combate la fatiga física y mental. Las propiedades de las semillas del guaraná activan nuestro sistema nervioso y hace que el cuerpo segregue más adrenalina. Es una fruta amazónica cuyo nombre deriva de una leyenda indígena de una tribu llamada Guaraní, los indígenas brasileños utilizan el Guaraná en la fabricación de bebidas a partir de la semilla molida, para aplacar la sed, el hambre y el cansancio, encontrando asimismo otras aplicaciones terapéuticas y medicinales. La semilla de Guaraná contiene elevadas concentraciones de cafeína, de un 6 a un 8% y de taninos y en menores cantidades teofilina y teobromina. Los supuestos efectos "afrodisíacos" y estimulantes del sistema nervioso y cardiovascular pueden atribuirse al contenido de cafeína, taninos y teofilina. El consumo excesivo  está contraindicado para las personas con presión arterial alta, trastornos cardíacos, diabetes, úlceras, epilepsia y otros trastornos por su contenido de cafeína. De todos los estimulantes, la cafeína es quizá uno de los más estudiados y de los que ha desatado mayor polémica. Hace un año, un estudio del centro Wayne State University, de Estados Unidos, determinó que el uso de bebidas energéticas podría elevar la presión arterial en personas sanas y colocar en un mayor riesgo a quienes sufren de hipertensión y males cardíacos. Otras investigaciónes como del Centro de Investigación Cardiovascular del Hospital de Adelaida, Australia, determinó que tomar una lata de esta bebida energética aumenta el riesgo de sufrir un infarto, en la Universidad de Duke, en Carolina del Norte, EE.UU., determinó que disminuir o eliminar el consumo diario de cafeína podría beneficiar a quienes padecen diabetes tipo 2, y uno más indicó que las mujeres que toman dos o más tazas de café al día durante el embarazo aumentan el riesgo de sufrir un aborto espontáneo. Aunque sin pruebas contundentes, algunos científicos también han relacionado la cafeína con la osteoporisis y el cáncer de riñón, de vejiga y de páncreas.

En la otra acera están las investigaciones que hablan bien de la popular sustancia. Múltiples estudios en Australia, Japón, Brasil, Italia y Estados Unidos, han demostrado que estimula el sistema nervioso central, mejora el rendimiento físico y la capacidad de atención e incluso reduce a la mitad el riesgo de las mujeres de desarrollar cáncer de colon. Informe tras informe, el consenso parece reforzar la teoría de que esta droga no es peligrosa si se controla medicamente. Solo quienes abusan de ella al consumir durante varios años dosis diarias mayores a los 100 mg. caen en la dependencia y requieren de ayuda. Sin embargo, en un país con cultura cafetera como el nuestro, los especialistas coinciden en que es muy difícil que alguien acepte su dependencia a la cafeína. Alrededor de esa taza humeante se ha tejido todo un ritual. Tomar café en las mañanas es normal en la vida de muchos el “cafecito” bajo la lluvia que hace más sabrosa una conversación entre amigos. Y, para muchos, eso no tiene precio. Quizá sea esa la razón por la cual la cafeína sigue siendo el estimulante favorito de la humanidad. Sea por placer, por necesidad o por adicción, simplemente, nos negamos a vivir sin ella. El consumo de cafeína ha aumentado considerablemente en los últimos años con la introducción al mercado de bebidas energéticas y otros productos como chicles y barras de alimentos que se consumen para aumentar la resistencia física. La cafeína no solamente se encuentra en el café, sino también en bebidas como el té, la hierba mate y las bebidas colas y en una gran cantidad de suplementos alimenticios y refrescos energetizantes, lo cual conlleva a un consumo en exceso que puede desembocar en una intoxicación o disparar una serie de reacciones alérgicas, especialmente en el cerebro y gastrointestinales. Recuerden que la cafeína y la teofilina son derivados de la metilxantina que se encuentran en bebidas como el café, té, mate o chocolate. Aunque sus efectos no sean tan fuertes como los de la cocaína o anfetamina, son estimulantes del sistema nervioso central (SNC). Dosis altas y en personas con sistema inmunológico deprimido o mayor sensibilidad a estos compuestos pueden producir ansiedad y disforia, así como trastornos del sueño. Fisiológicamente, aumentan la presión arterial, la frecuencia respiratoria y la diuresis. También producen dependencia física leve y síndrome de abstinencia y se ha comprobado su influencia en la inestabilidad emocional y depresión. En el SNC la cafeína es un bloqueador no específico de los receptores de adenosina A1 y A2a.

Efectos Secundarios 



Muchos estudios mencionan los efectos  secundarios que se mencionan muy poco, como por ejemplo las micotoxinas presentes en granos, semillas, cereales y otros, así como los generados en sus procesos de elaboración. Estos compuestos secundarios, así como las micotoxinas y el azúcar son factores que influyen en la acidificación de la sangre. Además, estos también han demostrado afectar el equilibrio de los neurotransmisores cerebrales, provocando confusión, falta de claridad mental, e incluso lo que  hemos llamado como "Falsa Depresión." Reacciones Alérgicas en el Cerebro por Consumo de Cafeína Café, Té, Hierba Mate y Chocolate.La alergia cerebral es una alergia a una sustancia que se enfoca en el tejido cerebral vulnerable y altera la función cerebral. La alergia cerebral puede enmascarar síntomas de enfermedad mental (Walker, 1996; Rippere, 1984;. Sheinken et al, 1979). Los síntomas van desde mínimas reacciones a estados psicóticos graves, que pueden incluir comportamiento irracional, interrupciones en la atención, falta de concentración y comprensión, cambios de humor, falta de habilidades de organización, cambio abrupto de actividades, delirios, alucinaciones y paranoia (Sheinken et al., 1979; McManamy et al., 1936).

Una reacción alérgica a la cafeína se manifiesta como anafilaxia (Przybilla et al., 1983). Durante un estado de anafilaxis de cafeína, el cuerpo entra en el modo de lucha o huida, que puede confundirse con hiperactividad, ansiedad o trastorno de pánico. La anafilaxis de cafeína causa vasculitis cerebral, que puede conducir a la ruptura de la barrera sanguínea del cerebro, y generar demencia tóxica. La demencia tóxica inducida por un estímulo o de otra toxina afecta el funcionamiento de todas las áreas del cerebro (Jacques, 1992). Varios signos de demencia tóxica son el deterioro de la memoria, el deterioro de la conducta social e intelectual, y el déficit de atención (Allen et al., 2001; Jacques, 1992; Headlee, 1948). El Trastorno de Déficit de Atención (TDA), que se supone afectan a los niños, (aunque también el TDA aparece en los adultos con trastornos psiquiátricos), es indistinguible de la alergia a la cafeína. Claudia Miller, MD hace hincapié en que la sensibilidad química, que incluye a la cafeína como una sustancia química capaz de inducir la sensibilidad, puede provocar déficit de atención con hiperactividad (Miller, 1997)

El deterioro de la inteligencia, la primera etapa de la toxicidad inducida por la alergia a la cafeína se disfraza como Trastorno de Déficit de Atención (TDA). Incapacidad para concentrarse, falta de comprensión, falta de atención, hiperactividad, delirios, pensamiento desorganizado. Estos procesos son signos característicos de la alergia a la cafeína.

Los resultados de una reacción alérgica a la cafeína dañan la corteza prefrontal. El daño a la zona inferior de la corteza prefrontal, por encima de las cuencas de los ojos, por lo general hace a una persona distraída e interfiere con la capacidad de controlar las actividades personales (Carter, 1998). La lesión resulta en pérdida de la inhibición verbal y social, interfiere con la concentración y la memoria (Eliot, 1999), y también suprime las habilidades matemáticas (Carter, 1998). En estudios con las habilidades de comprensión, como en las matemáticas y el razonamiento lógico, la cafeína o bien ha expuesto ningún cambio, o en realidad ha agotado el rendimiento (Braun, 1997). La cafeína puede poner en peligro las habilidades matemáticas y el detalle en los proyectos, que requieren pensamiento adicional (Serafín, 1996; NTP Chemical, 1991). La anafilaxis de cafeína interfiere con la capacidad para enfocar. Se eleva el nivel de catecolaminas y se produce dopamina adicional, lo que aumenta el movimiento locomotriz. La agitación se asocia con un exceso de dopamina (Carter, 1998). La cafeína hace más rápido el habla y la movilidad en los niños (Nehlig et al., 1992). Con un 80% de la población mundial que consume cafeína, la mayoría de las personas se han mantenido estimuladas desde la infancia. Los adultos estimulados no pueden detectar los cambios inducidos por cafeína en sí mismos o en los niños.Se juzga mal el estado natural de  un niño, los adultos asumen que los niños deben hablar y actuar en la misma proporción que los adultos estimulados. La gente se olvida que hemos nacido relajados. La aceleración de la palabra y la acción indica manía (Victor et al., 2001; Restak, 1984), asociada con el trastorno afectivo bipolar. Los síntomas maníacos afectan a los niños. Los niños maníacos hospitalizados psiquiátricamente presentan síntomas de TDA (Carlson et al., 1998).
Las quejas de falta de concentración, mala memoria y otras alteraciones mentales, significan hipomanía, en menor grado, de manía (Victor, 2001), que acompaña el primer estado por anafilaxia de cafeína, induciendo lucha o deseos de huir. No se deberían correlacionar las quejas de los pacientes simplemente como un trastorno de déficit de atención (TDA). Según la Asociación Americana de Psiquiatría, que clasifica a la cafeína como una sustancia relacionada con ciertos trastornos por su consumo como alteraciones en el pensamiento, el juicio, la percepción, atención, actividad motora, y el funcionamiento social (1994). La toxicidad de la cafeína puede inducir inquietud, agitación, irritabilidad, confusión y delirio (Steinman, 2001; Fisher Scientific, 1997; Turkington, 1994; Shen et al., 1979). Además, la anafilaxia puede provocar delirio (Kaplan, 2000). A diferencia de Stephen Cherniske, consciente que su instinto le advertía que la cafeína estaba afectando su comportamiento (Cherniske, 1998), un niño no lo sabe, porque su cuerpo aún no ha desarrollado tolerancia a la sustancia. Del mismo modo, un adulto en estado tóxico pierde su visión natural y su intelecto no puede reconocer los efectos inducidos por la cafeína y los cambios de personalidad (Shen, 1979; McManamy, 1936; Crothers, 1902). Durante la retirada parcial, el cuerpo metaboliza algo de cafeína de células saturadas. La claridad se esfuerza por volver. Los síntomas de la retirada parcial se pueden superponer a los rasgos de la intoxicación (Strain et al., 1997) y pueden imitar a la depresión (Hirsch, 1984). A medida que el nivel de noradrenalina disminuye, se establecen síntomas de depresión (Restak de 1994, Ackerman, 1992). La depresión inducida por la retirada de cafeína puede manifestarse como hiperactividad, letargia, irritabilidad, confusión y falta de concentración. El nivel de glucosa, aumenta junto con la adrenalina (Davidson et al., 1969) y permanece elevada durante la lucha del cuerpo para mantener la homeostasis. Una disminución de la glucosa estimula la falta de motivación, que también puede imitar a la depresión.
hiperactividad o .......
Como Allbutt y Dixon destacó, en 1909, con respecto a la cafeína, otra "dosis de veneno", proporciona un alivio menor, pero continua el peligro en los órganos (1909). Un retorno a la ingesta de cafeína aumenta la noradrenalina, aumentando la sensación de lucha o huida. A su vez, la adrenalina, aumenta la dopamina, y la glucosa, elevando así la depresión. Con la exposición constante de sustancias, las toxinas se acumulan (Van Winkle, 2000).
La alergia a la cafeína es una alergia engañosa. La anafilaxis de la cafeína reduce la inflamación alérgica en curso y mantiene la estimulación de órganos. Glucocorticoides endógenos (incluyendo el cortisol) inhibe la inflamación (Claman, 1983). La teofilina es la terapia en principio para el asma. Todas las formas de teofilina mantienen abiertos los conductos bronquiales, lo que permite una respiración más fácil. Durante el curso de la anafilaxi a de cafeína, las vías respiratorias permanecen abiertas.La adrenalina, el fármaco de elección para la anafilaxia, siempre está presente en un consumidor de cafeína. Al suprimir la liberación de la fosfodiesterasa, la cafeína (Davidson, 1969) aumenta el AMP cíclico. Las cantidades excesivas de AMP cíclico inhibe la producción de histamina (Dykewicz, 2001;. Ernst et al, 1999). Inhibidores de la fosfodiesterasa inhiben la liberación de histamina (Raderer et al., 1995). El AMP cíclico es mayor en los pacientes diagnosticados como esquizofrénicos, y muchos individuos con diagnóstico de trastornos afectivos (Nishino et al, 1993;. Erban et al., 1980; Biederman et al., 1977). La histamina se reduce en las personas diagnosticadas con esquizofrenia, una etapa tardía de la anafilaxia de cafeína en curso.
Aunque el nivel de histamina es baja en los esquizofrénicos (Malek-Ahmadi et al., 1976; Hoffer et al., 1967), los pacientes esquizofrénicos presentan una tolerancia marcada a la histamina (Read, 1955). Esto sugiere, en el caso de la anafilaxia de la cafeína, que durante la etapa de inicio de la esquizofrenia, cuando la anafilaxia es inducida por hiperactividad, o anafilaxis inducida por los síntomas de pánico se confunde como TDA, ansiedad o pánico, (antes de la continua intoxicación cerebral), la histamina se incrementa, pero la alergia no fue detectada.
Los síntomas de la ansiedad alérgica (Bonner, 2000; Kaplan, 2000; Walsh, 2000) se puede confundir como neurosis de angustia, considerada como una aparición de los síntomas de la esquizofrenia. Cuando una persona joven experimenta un episodio de ansiedad y llega por primera vez a una sala de emergencia, los médicos sospechan de una esquizofrenia en desarrollo (Victor, 2001). Déficit de atención y memoria acompañan a la esquizofrenia (Zuffante et al., 2001; Goldberg et al., 1993). Los investigadores teorizan que, antes de la aparición de la esquizofrenia cambios en la cognición de una persona pueden ser sutiles (Goldberg, 1993).
La clorpromazina y otros medicamentos de fenotiazinas presentan un efecto antihistamínico (Sifton, de 1994; Malek-Ahmadi, 1976), similar a la difenhidramina. Una persona alérgica a la cafeína, al tomar un medicamento con fenotiazina, experimentará un alivio de las manifestaciones físicas de la anafilaxis a la cafeína en curso. Además, los medicamentos de fenotiazina reducen los síntomas anormales psicológicos inducidas por las alergias, incluyendo una reducción en la paranoia, alucinaciones y los delirios, y generan un retorno de la visión parcial, el enfoque, y la comprensión. De un consumo elevado de cafeína, aquellos que consumen más del equivalente a siete tazas de café instantáneo al día, existía tres veces más probabilidades de haber escuchado la voz de una persona cuando no había nadie en comparación con los usuarios con bajos niveles de cafeína o que consumían menos del equivalente a una taza de café instantáneo al día.(High Caffeine Intake Linked To Hallucination Proneness)
La alergia a la cafeína induce una progresiva demencia tóxica (McManamy, 1936). En una persona alérgica a la cafeína, cada dosis de cafeína o teofilina (té) aumenta la acumulación de toxinas. Una acumulación de cafeína, puede superar el nivel de tolerancia, se satura la capacidad del metabolismo (Carrillo et al., 2000; Nehlig, 1999); la tasa de acumulación es superior a la tasa de eliminación. Introducir un estimulante en el sistema de una persona alérgica a la cafeína puede envenenar aún más la corteza frontal y el hipotálamo, y continuar enmascarando los síntomas de la anafilaxia de la cafeína. El uso continuado de estimulantes aumenta la psicosis tóxica, que se traduce en disminución del efecto y el deterioro de las capacidades mentales. (Nota: El café descafeínado no es una opción saludable)


Actualmente son muchas las personas que han decidido hacer un cambio de vida y de sus hábitos para recuperar su fuerza de voluntad, ganas de vivir y mejorar su salud. Pero aunque lo han intentado cientos de veces no lo han logrado y se sienten profundamente decepcionadas de si mismas y con un alto nivel de frustración. Estos artículos van dirigidos principalmente a cada una de ellas y a todos quienes están buscando las razones y los obstáculos que les han impedido lograr sus objetivos. Todo proceso de cambio implica dejar de hacer las cosas que siempre hemos realizado y eso también implica recibir a nuestro Señor Jesucristo; Jesús le dijo: "Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por Mí. y dejar de consumir ciertos alimentos que no han contribuido para nada a nuestra sensación de bienestar emocional y mental. Génesis 6:11 Y la tierra se había corrompido delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia.

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