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lunes, 9 de junio de 2014

¿Qué es glutamato monosódico?

Eco Lifestyle 
Por qué debemos evitar el glutamato monosódico.

Más dañino que el alcohol, la nicotina y muchas drogas, este aditivo se emplea en casi todos los alimentos procesados.

En la actualidad uno de nuestros peores hábitos es el consumo de alimentos procesados. Los altísimos contenidos de sodio, grasas y químicos impronunciables han transformado una experiencia que solía ser nutritiva en algo puramente artificial y hasta dañino. Entre los muchos aditivos químicos en nuestros alimentos se encuentra el glutamato monosódico (GMS), también conocido como el aditivo “umami”. El umami es uno de los cinco sabores básicos, junto con con el amargo, dulce, ácido y salado, se encuentra naturalmente en algunos alimentos como la carne, las espinacas y los champiñones, sin embargo el GMS es el resultado de un proceso químico. En Estados Unidos es “Generalmente Reconocido como Seguro“, mientras que la Unión Europea lo clasifica como un aditivo alimentario, sin embargo, el consumo de alimentos con GMS se ha asociado con algunos síntomas y malestares. 

¿Qué es?

El GMS es un aditivo que mejora el sabor de algunos alimentos procesados. Hace que las carnes procesadas y la comida congelada sepa más fresca, que los aderezos tengan un mejor sabor y le quita el sabor metálico a los alimentos enlatados. En términos químicos el GMS contiene un 78% de ácido glutámico libre, 21% de sodio y hasta 1% de contaminantes. El GMS “engaña” a nuestro cuerpo haciéndonos creer que la comida sabe mejor, más sana y más rica en nutrientes. 

¿Por qué debemos evitarlo? 
El consumo de GMS puede causar dolores de cabeza, migrañas, espasmos musculares, nausea, alergias, anafilaxis, ataques epilépticos, depresión e irregularidades cardiacas. Ya que es una neurotoxina, daña el sistema nervioso y sobre-estimula a las neuronas llevándolas a un estado de agotamiento, y algunas de ellas eventualmente morirán como consecuencia de esta estimulación artificial. Además, consumir alimentos con GMS hace que los niveles de glutamato en la sangre sean más altos de lo que deberían ser, y si estos niveles se mantienen así, el glutamato se filtra al cerebro causando y contribuyendo a malestares físicos.

Como no consumirlo: 
Para evitar consumir GMS es imperativo consumir productos orgánicos y dejar de consumir alimentos procesados. Antes de comprar cualquier producto procesado (salsas, galletas, alimentos congelados y comida chatarra) lee las etiquetas, si tiene glutamato monosódico no lo compres. En ocasiones etiquetan al GMS de otra manera o es uno de los compuestos de: la proteína texturizada, el alimento para levadura, el concentrado de proteína de soya, la gelatina o el nutriente de levadura. 
Los alimentos bajos en calorías o los que están enriquecidos con vitaminas, el almidón y jarabe de maíz, el jarabe de arroz y la leche en polvo, también contienen rastros de GMS. 
Lee también las etiquetas de productos no-alimenticios. Algunos cosméticos, jabones, acondicionadores y champús también contienen pequeñas cantidades de este nocivo producto. 


Discusiones sobre el consumo del GMS  
El GMS se ha usado por más de 100 años como sazonador. Durante este periodo se han realizado numerosos estudios sobre el GMS. JECFA, una organización asociada a la FAO y otros organismos internacionales y nacionales que regulan la seguridad de los aditivos alimentarios, consideran al GMS como un potenciador del sabor seguro para el consumo humano. Al “conjunto de síntomas de GMS” se le denominó originalmente “síndrome del restaurante chino” cuando Robert Ho Man Kwok informó de los síntomas que experimentó después de disfrutar de un plato chino-estadounidense. Kwok sugirió múltiples factores como origen de los síntomas, entre ellas el alcohol del vino para cocinar, el contenido de sodio o el sazonador GMS. A pesar de ello, el GMS se convirtió en el foco central y, desde entonces, los síntomas se han asociado al GMS. El efecto del contenido de vino o sal nunca fue estudiado. En 1997, Yahng WH junto a su equipo de colaboradores de la Universidad de Ontario en Canadá, estudiaron el efecto del GMS en un grupo de 61 personas. Las conclusiones de este estudio sugieren que existe un grupo de personas sensible al GMS. En los resultados los autores incluyen datos de aparición de cada uno de los síntomas determinados por la FDA como "complejo sintomático GMS", los cuales se produjeron en 36% de los individuos luego de ingerir GMS; este estudio incluyó un placebo, con el cual 9.8% de los individuos dijo presentar síntomas luego de tomarlo. 
La dosis oral letal para el 50% de los sujetos (LD50) es entre 15 y 18 g/kg del peso corporal en ratas y ratones respectivamente, esta representa mil veces más la cantidad que se consume cada día en forma de aditivo alimentario. Esto explica que las dosis de los alimentos no sean letales en una sola ingesta, pero se desconoce estudios científicos sobre la síntesis de GMS en el organismo y en consecuencia, si se acumula o no y de qué forma. En el caso del azúcar por ejemplo, se sabe que el exceso es convertido por el organismo en grasas, pero no existen estudios científicos que aclaren qué hace el organismo con el exceso de GMS. 
Debido a la gran cantidad de artículos científicos presentados por diversos investigadores: (D. R. Sisk & T. Kuwabara, J. W. Olney et al., Olney JW, LUCAS DR & NEWHOUSE JP, Smith JD, et al, Manev H, et al, Blaylock RL., Seo HJ, et al y Lau A, et al) que sugieren toxicidad del GMS, a lo largo de la historia la Administración de Fármacos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) ha tenido que reabrir el proceso de estudio de la toxicidad de este aditivo. En 1995 la FDA sustentó la no toxicidad del GMS gracias a un informe de la Federación Americana de Sociedades de Biología Experimental (FASEB, por sus siglas en inglés) que concluyó que el GMS es seguro cuando se “consume en niveles habituales” y, aunque parece existir un subgrupo de personas aparentemente saludables que manifiestan el complejo de síntomas de GMS cuando consumen 3 g de GMS en ausencia de alimentos, la causalidad de este producto no se ha establecido debido a que la lista del Complejo de síntomas de GMS se basó en informes testimoniales. Este informe también señaló que no existen datos que respalden la función del glutamato en enfermedades crónicas o debilitantes. Una prueba clínica multicentro controlada de doble ciego no pudo demostrar una relación entre el Complejo de síntomas de GMS y su consumo, teniendo como muestra personas que creían haber reaccionado en forma adversa al GMS. No se demostró una asociación estadística, se obtuvo pocas respuestas y éstas fueron inconsistentes. No se observó síntomas cuando se suministró GMS con los alimentos. 
El control adecuado del sesgo experimental incluye un diseño experimental doble ciego controlado con placebo (DBPC, por sus siglas en inglés) y la aplicación en cápsulas debido al regusto intenso y único de los glutamatos. 

Las organizaciones europeas y estadounidenses citan dos estudios más para justificar su decisión, uno realizado por Tarasoff and Kelly (1993) en el que se suministró a 71 participantes en ayuno 5g de GMS, y luego se les ofreció un desayuno estándar. Sólo una persona que manifestó previamente ser sensible al GMS indicó experimentar una reacción, la cual se produjo ante el placebo. En el estudio realizado por Geha et al. (2000) se probó la reacción de 130 sujetos que informaron ser sensibles al GMS. Se realizó múltiples ensayos DBPC en los cuales sólo continuaron en el estudio sujetos con al menos dos síntomas. Sólo 2 personas del total de participantes del estudio respondieron en los cuatro desafíos. Debido a esta baja prevalencia, los investigadores llegaron a la conclusión de que la respuesta al GMS no era reproducible. 
Estudios adicionales que han investigado si el GMS produce obesidad han arrojado resultados mixtos. Por otro lado, se han llevado a cabo diversos estudios que investigan el vínculo anecdótico entre el GMS y el asma; la evidencia actual no respalda ninguna asociación causal. Dado que el ácido glutámico es un aminoácido esencial importante en el cerebro humano y desempeña un rol clave y fundamental en las funciones de aprendizaje y memoria, varios neurólogos están realizando estudios sobre los posibles efectos secundarios del GMS que se consume en alimentos, pero ningún estudio concluyente ha evidenciado una conexión. En 2009 se inició un estudio en el hospital universitario Bonn sobre el efecto del glutamato en la memoria humana. 
Los científicos contradictores de estos resultados alegan metodologías dudosas y poco fiables, y consideran que aunque la molécula de glutamato que contienen los alimentos naturales es igual a la producida por la industria, en los alimentos naturales es parte de una cadena proteica que al ser ingerida se metaboliza o hidroliza (se rompen los enlaces entre moléculas) lentamente de acuerdo a los requerimientos del organismo para sintetizar ácido glutámico, uno de los 20 aminoácidos no esenciales del cuerpo humano. Los investigadores que han encontrado niveles de toxicidad del GMS en experimentos con ratas, consideran que al consumir glutamato de manera libre, el organismo acumula el exceso pues no tiene mecanismos de metabolizarlo o usarlo en la producción de ácido glutámico, generando intoxicación. Algunas consecuencias probadas en ratas de laboratorio son problemas visuales, alteración del funcionamiento de los canales de calcio en la membrana celular, alteración del hipotálamo y en consecuencia de los sistemas que regulan el apetito generando adicción, tolerancia por el compuesto y en consecuencia tendencia a la obesidad. 
Estudios realizados en pacientes con diversas enfermedades como la diabetes o fibromialgia demuestran sensibilidad al GMS. La condición de estas enfermedades aumentan el intercambio de sangre con el cerebro. 
Un estudio publicado por la Universidad de Oxford a finales de 2011 expone que ratones con diabetes inducida por GMS son susceptibles a tumorigénesis de colon empleando azoximetano.  

La prueba gráfica de que hablamos de venenos “legales”, algunos de ellos, especialmente dirigidos a los más pequeños, está aquí. Estas son fotografías tomadas en un supermercado de ALGUNOS de los productos que mencionan expresamente la existencia de glutamato monosódico en su composición, habiendo comprobado que TODAS LAS MARCAS de determinados productos, sin excepción, llevan los venenosos componentes.
Tampoco el hecho de subrayar el E-621 y E-951 como especialmente nocivos y venenosos, no implica que los demás componentes químicos empleados sean sanos para el cuerpo y la mente.

Los “cubitos mágicos”, “auténticos” y “sin conservantes, ni colorantes”
...¿Es eso cierto?
 

...vaya, pues estos cubos de sopa “auténticos”
están fabricados con potenciador de sabor venenoso
(glutamato monosódico)
 

Arriba sopa de sobre, da lo mismo que sea de pollo o de verdura.
Todas lo llevan..
 

Los sobres para sopa instantánea tampoco se libran, por supuesto.
 

Los combinados, snacks con sabor a “jamón”, a “queso” o a “albóndiga”
contienen todos el famoso GMS



¿Te gusta el maíz tostado?
 

Arriba los “pepes” o maíz tostado que no puedes parar de comer cuando comienzas.
Eso ocurre por el potenciador de sabor que hace que
te “enganches” de una forma enfermiza a todos estos aperitivos.
 

¿Cuántas veces habremos comido “gusanitos” de pequeños
e incluso nos habrán dicho nuestras madres
que es de “lo más sano” que hay en forma de snack?
Pobres…
 

Arriba gusanitos con glutamato ye-ye para hacer “gusanitos” en tu masa cerebral.

….y ahora un repaso en la sección de los golosos y de los preocupados por su figura (habituales de la ingesta “LIGHT”) para ver qué ocurre con el otro veneno llamado aspartamo (E-951)
 

Si hoy tienes un mal día puedes comenzar a tragar aspartamo a cucharadas,
pero no olvides ver la conferencia que he colgado arriba antes de pasar a la acción
y así sabrás el motivo de tus horrorosas jaquecas.
 

Pepsi light, coca light, cualquier-cosa light,
todas igualmente perjudiciales.
 

¿Qué tal la Fanta Light?
Igualmente venenosa
 

“¡¡Vaya, esto parece una marca “blanca” menos dañina!!”
...no te engañes, de nuevo el aspartame (eso sí, lo ponen en inglés)
 

E-951, lo llamen como lo llamen es lo mismo:
VENENO
 

¿Y una sangría light?
Pues otro tanto de lo mismo.

No olvides que al no tener azúcar, añaden el edulcorante más venenoso por delante incluso de la sacarina (que tampoco es nada sana, más bien todo lo contrario), el E-951 o aspartamo.

Australia y Nueva Zelanda 
Normas Alimentarias de Australia y Nueva Zelanda (FSANZ, por sus siglas en inglés) cita la “evidencia abrumadora de una gran cantidad de estudios científicos” que niega de manera explícita cualquier vínculo entre el GMS y “reacciones adversas graves” o “efectos a largo plazo” y declara que el GMS “es seguro para la población en general”. Sin embargo, describe que en menos de 1% de la población, personas sensibles pueden experimentar efectos secundarios “transitorios”, como “dolores de cabeza, insensibilidad/hormigueo, enrojecimiento de la cara y el cuello, tensión muscular y debilidad generalizada” luego de consumir una gran cantidad de GMS en una sola comida. Se insta a las personas que se consideren sensibles al GMS que lo confirmen mediante una evaluación clínica adecuada. 
La Norma 1.2.4 del Código de Normas Alimentarias de Australia y Nueva Zelanda exige que la presencia de GMS como un aditivo alimentario se indique en la etiqueta de alimentos envasados. La etiqueta debe indicar el nombre de la categoría del aditivo alimentario (por ejemplo, potenciador del sabor), seguido por el nombre del aditivo alimentario, GMS o por su número de Sistema de Numeración Internacional (INS, por sus siglas en inglés), 621. 

Estados Unidos 
El glutamato monosódico (GMS) es una de las diversas formas de ácido glutámico presente en los alimentos, en gran parte debido a que el ácido glutámico, siendo un aminoácido, tiene una presencia importante en la naturaleza. El ácido glutámico y sus sales también pueden estar presentes en una amplia variedad de otros aditivos, que incluyen proteínas vegetales hidrolizadas, levadura autolizada,levadura hidrolizada, extracto de levadura, extractos de soya y proteína aislada, que se deben etiquetar con estos nombres comunes y habituales. Desde 1998, no se puede incluir el GMS en la categoría Clase? “especias y saborizantes”. Los aditivos alimentarios inosinato de sodio y guanilato de sodio, que son ribonucleótidos, por lo general se usan en sinergia con ingredientes que contienen glutamato monosódico. No obstante, el término “sabor natural” ahora se usa en la industria de alimentos cuando se utiliza ácido glutámico (GMS sin sodio añadido). Debido a la falta de regulación por parte de la FDA, no es posible determinar cual es el porcentaje de 'sabor natural' que proviene del ácido glutámico. 
La FDA considera que etiquetas como “Sin GMS” o “Sin GMS añadido” conducen a confusión si el alimento contiene ingredientes que son fuente de glutamato libre, como la proteína hidrolizada. En 1993, la FDA propuso agregar la frase “(contiene glutamato)” a los nombres comunes o habituales de determinados hidrolizados de proteínas que contienen 99% del compuesto puro de glutamato. 
En la versión de 2004 de su libro On Food and Cooking (Sobre comida y cocina), Harold McGee -- escritor y entusiasta de la comida -- señala que (después de muchos estudios), los toxicólogos han concluido que el GMS es un ingrediente inocuo para la mayoría de las personas, incluso en cantidades significativas.”

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